domingo, 11 de octubre de 2015

practicas culturales mas representativas de chiapas

Practicas culturales más representativas del estado de Chiapas



Cultura es la palabra que une a Chiapas y es, a su vez, el resultado de un proceso de participación que asume el compromiso de hacer de nuestra entidad la capital cultural del sur de México, con unidad, con equidad y con sentido de futuro.
El Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Chiapas se crea por decreto el 11 de diciembre de 1996, como un organismo descentralizado y desectorizado de la administración pública estatal, de interés público, con personalidad jurídica y patrimonios propios.
Tiene por objeto la promoción, desarrollo, fomento y difusión de la cultura en general, de la diversidad cultural en lo particular, así como las manifestaciones y expresiones artísticas que propicien la protección, conservación y enriquecimiento del patrimonio cultural del estado de Chiapas.
Su misión es brindar acceso pleno al goce de los bienes y servicios culturales, a través de acciones y programas que preserven nuestra identidad, proyecten nuestra multiculturalidad y estimulen la creación artística, garantizando la conservación y difusión de nuestro patrimonio y acervo histórico-cultural.
Su visión es ser la instancia rectora en materia de las culturas y las artes, que contribuya al desarrollo integral de la comunidad, en el marco de una convivencia armónica y de una sociedad igualitaria, informada y dialogante.
Sus objetivos son crear los instrumentos y mecanismos que permitan fortalecer la política cultural, vigorizar el estímulo creativo y las expresiones artísticas de la sociedad, fomentar la pluralidad democrática y estimular la participación de los pueblos y comunidades en sus tradiciones, reconociendo las iniciativas culturales existentes y fomentando el desarrollo de las culturas y las artes populares.
Chiapas es un estado con una diversidad lingüística, expresiones y manifestaciones culturales de los diversos pueblos y comunidades que se manifiestan de manera material e inmaterial en un espacio físico y ambientes propios.

En ese marco consideramos a la cultura como todo conocimiento, manifestación, hacer y actividad humanas, materiales e inmateriales, creados y desarrollados por los pueblos, comunidades e individuos, generados e integrados en un contexto, paisaje y tiempo determinados, así como de la creatividad humana, energía generativa de lo humano referida a los valores estéticos y éticos, objetivada en las artes, el hacer, la invención, la expresión, cualquiera que sea su modalidad, mérito o destino, en función de la diversidad, el bienestar y riqueza de la vida, del desarrollo social, del mejoramiento de la educación, el equilibrio ecológico y ambiental.



Vírgenes de copoya






La iglesia de la localidad de Copoya está dedicada a tres imágenes que en conjunto son conocidas como las vírgenes de Copoya o las Copoyitas: la Virgen de Candelaria, la Virgen del Rosario y María de Olachea. Esta última es en su origen una imagen de Santa Teresa, aunque no queda perfectamente definido si se trata de Teresa de Ávila, festejada el 15 de octubre, o Santa Teresa del Niño Jesús (Teresa de Lisieux), festejada el 1º de octubre. Según la tradición oral, la imagen fue donada por la familia Esponda y Olachea, de la hacienda la Valdiviana, al pueblo de Copoya, de donde toma su nombre. Actualmente es considerada una advocación local de la Virgen María, no reconocida por la Iglesia católica. Durante el año las Copoyitas son llevadas dos veces a la ciudad de Tuxtla Gutiérrez: la primera a partir del 30 de enero hasta el 30 de marzo, aproximadamente, y la segunda a partir del 14 de octubre hasta el 23 del mismo mes. Estas celebraciones son conocidas como las “Bajadas de las Virgencitas de Copoya”. En los textos y rezos pronunciados en algunos rituales zoques, se las menciona individualmente anteponiendo al nombre la palabra “Copoyita”: Copoyita” Rosario, “Copoyita” Candelaria y “Copoyita” Olachea. BAJADA DE LAS VÍRGENES DE COPOYA: FIESTA DE LA VIRGEN DE CANDELARIA Fecha: del 30 de enero al 2 de febrero Lugares: iglesia de las Vírgenes de Copoya, y casa de los cargueros responsables. Organización religiosa: Junta de Festejos de Copoya y Mayordomía del Rosario. Cargos responsables de la fiesta: presidente de la Junta de Festejos de Copoya, primero y segundo priostes madre de espera, primero y segundo mayordomos de Candelaria. Ritos y actividades especiales: procesiones diarias, baile de yomoetzé y la robadera. La “Bajada de las Vírgenes de Copoya” es la celebración zoque más popular en Tuxtla Gutiérrez, y en ella no solamente participan la mayordomía y la gente del Costumbre, sino también muchos devotos de las Vírgenes. Inician las actividades en la mañana del 30 de enero en la iglesia de las Vírgenes de Copoya. Se reúnen los cargueros, danzantes y devotos. Entre las 8:00 y 9:00 horas se comienza a preparar a las tres Vírgenes para la “bajada”. Se les coloca en cajones de madera cerrados, envueltos con petate y flores y coronados con otras más. Una vez preparadas así las imágenes, se pasa a la casa del presidente de la Junta de Festejos, en donde se toma posol y se levanta el baile de yomoetzé. Posteriormente se procede a salir en procesión a Tuxtla. Las imágenes son cargadas con mecapales por quienes lo solicitan previamente al prioste, muchos por promesas a la imagen que portarán. Si bien la columna debe ser encabezada por el danzante de la Pluma (Napapoketzé), en los últimos años se ha popularizado que delante de ellos vaya un grupo de parachicos, danza tradicional de Chiapa de Corzo y comunidades aledañas. El trayecto total incluye la salida de la iglesia a la carretera, el descenso de aproximadamente tres kilómetros por ésta hasta llegar a la ciudad, y posteriormente el recorrido dentro de ella hasta la casa del primer prioste madre de espera. Al llegar, entran a la capilla, en donde las imágenes son retiradas de sus cajones. Se reza como recepción a las Vírgenes, las cuales son sacadas a una pequeña caseta de manta, conocida como yotetoc, colocada en el patio. Ahí es colocada cada imagen, vestida con los batones preparados por el prioste madre de espera, a la vez que la coronan de plata. Posteriormente la colocan en su lugar en el altar. Se prosigue con el convite, interrumpido entre las 14:00 y las 16:00 horas, aproximadamente, por la danza de yomoetzé y la robadera. En el resto de la tarde, continúa con la reunión, para dar paso al baile popular en la noche. En la mañana del 31 de enero se realiza la procesión de la casa del primero a la del segundo prioste madre de espera, de donde partirá al día siguiente a la casa del primer mayordomo de Candelaria. El desarrollo de la fiesta se da de la misma manera en ambos lugares. En estas procesiones las imágenes ya no son guardadas en los cajones de madera, sino solamente cubiertas con mantas tejidas nuevas. El 2 de febrero, día propiamente de la celebración, se efectúa el rompimiento en la casa del prioste, y se convive toda la mañana. Alrededor de las 16:00 horas tienen lugar el yomoetzé y la robadera, para salir posteriormente en procesión a la casa del segundo mayordomo de Candelaria, en donde se realizan una vez más la danza y el ritual. LAS PEDIDAS Y LA SUBIDA DE LAS VÍRGENES DE COPOYA Fecha: 3 de febrero y mes de marzo. Antiguamente las Vírgenes subían a su lugar en Copoya en los días inmediatos posteriores a la fiesta de Candelaria. Sin embargo, se ha extendido cada vez más la práctica de las “pedidas”. Esto es, la familia que lo desea “pide” previamente a las Vírgenes para recibirlas en su casa y hacerles el rezo y la fiesta durante un día. Estas celebraciones tienen, entre otros, el objetivo de recaudar fondos para el mantenimiento de la iglesia de las Vírgenes de Copoya, ya que en cada festejo se solicita una cooperación voluntaria a cada uno de los presentes. Cada fiesta de pedida reproduce en buena medida las actividades realizadas en las casas de los priostes, incluyendo en muchas de ellas la danza y la robadera. Terminadas las pedidas, las Vírgenes deben regresar a la casa del primer mayordomo de Candelaria, de donde saldrán nuevamente para subir a Copoya. En: Rodríguez León Félix, Ruiz Pascacio Gustavo, López Espinosa Omar, Zea Chávez Omar. 2007. Los Zoques de Tuxtla. Gobierno del Estado de Chiapas.


Textiles. Tejidos tradicionales de Chiapas








En los tejidos de Chiapas, los conceptos del tiempo mayas, el espacio, y la fuerza mitológica de la naturaleza son entretejidos. A través de los ciclos repetidos del nacimiento y la muerte, la conquista y el resurgimiento, tejer ha mantenido el diseño del universo maya. Las mujeres indígenas inician su aprendizaje a muy temprana edad, el conocimiento se transmite de madres a hijas. Con los telares de cintura (los cuales con su ancho determinan el tamaño de las telas), entretejen en la urdimbre los hilos de colores y con ellos van creando los hermosos brocados que expresan su cosmovisión. El huipil tradicional es el sagrado don, la creación del espacio sacro, la misión cumplida. Los hipiles en particular y los trajes tradicionales en general son elementos de identidad de un pueblo que ha decidido tener un rostro cultural propio y que acepta el reto de las diferencias. La creencia del origen divino del tejido se conserva entre las artesanas indígenas. Antes invocaban a la diosa Ixchel, protectora de las tejedoras; ahora le piden a Santa Martha, Santa Lucía, Santa Magdalena o a otras santas, tener la constancia, la habilidad y la inspiración para sus creaciones. En el corazón del rombo a menudo hay una mariposa, símbolo del sol y centro del cosmos maya. Los diseños de rombos pueden cubrir todo el cuerpo del huipil, pueden ser realineados para constituir un límite del paño o el diamante puede ser cortado por la mitad para constituir un diseño horizontal a lo largo de la parte inferior de un brocado. Los diseños contemporáneos tienen cuatro formas básicas: rombos, que simbolizan la tierra y cielo como una unión; formas ondulantes, a manera de serpientes que simbolizan la tierra fértil; las formas con tres líneas verticales, que simbolizan la fundación del mundo, la comunidad, y su historia; y figuras diversas, como sapos (los músicos de la lluvia) y santos patrones, entre otras. Para los mayas hoy el traje es parte de la memoria. Los diseños mantienen su visión del mundo, su identidad, y su relación con la naturaleza. La propiciación del tiempo era también fundamental para sus antepasados, cuyos monumentos de piedra guardan en sus frisos la más frágil de la artes: los textiles.


Marimba de Chiapas






La introducción forzada de negros africanos a distintos puntos del continente americano tuvo un impacto musical de dimensiones extraordinarias. La traslaación de géneros, estilos e instrumentos cobró formas insospechadas que han dado origen a músicas tan diversas como el continente mismo, varias de las cuales han encontrado un lugar especial en la música mundial. Esta cultura musical afroamericana tomó características particulares en los lugares en que fructificó a partir de la variedad de los grupos africanos traídos, de los grupos indígenas que habitaban anteriormente los territorios, y las relaciones de poder entre estos grupos y los europeos. Influyó igualmente el medio físico y la geografía, la religión, la historia, el azar, etc. En lo que a organología se refiere, llegan de Africa tambores, lanzas, arcos musicales, maracas, claves y muchos otros, entre los que se encuentran, por supuesto, los xilófonos. Algunos más trasladaron su música a alos instrumentos europeos, o crearon modelos instrumentales que sustituyeran aquellos cuya ejecución les fue prohibida por el amo, como ocurrió con los cajones de tapeo. Los xilófonos, por su parte, tomaron la forma de los diversos modelos de marimba que se encuentran en América, fundamentalmente en Centroamérica. Así, la marimba chiapaneca debe ser analizada en este contexto mayor, dentro de lo que podríamos llamar el complejo de la marimba americana, incluyendo a Guatemala, Belice, El Salvador, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Colombia, Ecuador y Brasil, además de algunos modelos hoy desaparecidos en Cuba y Perú, hasta donde tenemos registrado. Dicho complejo incluye diseños africanos, como la llamada marimba de arco de Costa Rica y Nicaragua, al lado de otros desarrollados en América (a partir de los africanos, por supuesto), como los modelos propios de Chiapas y Guatemala. La música que en ellos se ejecuta, igualmente va desde aquella que usa elementos propiamente africanos, como la que se toca en Ecuador, hasta bailes de salón europeos y actualmente géneros comerciales.